
Autores como Cecilia Beuchat y Bermeosolo proponen que la función lingüística del escuchar debería ser enseñada y desarrollada en la escuela. En este caso nos referiremos a lo que es escuchar, los aspectos comunes entre escuchar, leer y hablar y algunas propuestas pedagógicas para desarrollarlos.
Escuchar incluye, además del oír, la capacidad de recibir y responder al estímulo físico y utilizar la información a través del canal auditivo. En otras palabras, el proceso por el cual el lenguaje hablado es convertido en significado en la mente. En el desarrollo de esta habilidad lingüística juega un importante papel la familia y se desarrolla tempranamente.
Los aspectos comunes entre escuchar, hablar y leer son:
-> Recepción: el auditor y el lector reciben un mensaje, es decir, escuchar y leer son funciones receptivas.
-> Rasgos análogos: signos sonoros del lenguaje que observan.
-> Vocabularios: el niño necesita experimentar el lenguaje como oyente y hablante antes de comprenderlo como lector. La extensión del vocabulario auditivo incide en el vocabulario leído.
-> Destrezas comunes: conductas que se desarrollan para comprender la lectura son similares a la de la audición.
Aprender a escuchar:
-> Los niños aprenden a escuchar en función de los eventos de conversación. Estas interacciones les permiten apropiarse en contextos significativos de:
• Reglas intácticas.
• Reglas semánticas.
• Reglas fonológicas.
• Habilidades sociales para respetar turnos o aceptar situaciones diferentes.
• Aprender modos de actuar y de dirigirse a los demás.
• Reconocer gestos o tonos de voz.
• Significado de las palabras en distintas circunstancias.
Formas de escuchar:
• Escuchar atencional -> focalizas la atención a un estímulo para obtener alguna información.
• Escuchar analítico -> se analiza lo escuchado para resolver algo.
• Escuchar apreciativo-> por el goce o deleite de escuchar.
• Escuchar marginal -> permite captar estímulos además del foco de atención.
Proposiciones para un programa de desarrollo del escuchar:
• Toma de conciencia de lo que significa escuchar y de la importancia que tiene para trabajo común o personal.
• Toma de conciencia de lo que es el silencio y el ambiente saturado que nos rodea.
• Establecer normas para el buen desempeño de la expresión oral y escuchar.
• Revisar factores que interfieran en la capacidad de escuchar en la sala de clases y aquellos que la favorecen.
• Tomar conciencia de que en las actividades lingüísticas es prácticamente imposible mantener a los niños en silencio absoluto.
• Las actividades deben ser dinámicas y variadas.
• Incrementar que no solo contemplen el leer textos de forma oral y seleccionar, sino también escuchar lectura de otros.
Bibliografía:
Beuchat, C. “Escuchar una habilidad que es necesario enseñar.” Revista Aula creativa v4 Edición Nº 4 junio 2004. Págs. 19-21
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